¿Qué tal están?
Este cartel que vi- tan típico, por otra parte- me hizo pensar en cuánto drama hacemos cuando estamos así: «fuera de servicio». No somos máquinas, no. Mejor aún, somos humanos, podemos encontrarnos mal por mil razones , más o menos grandes: enfermedades, malestar, mal humor, yo que sé, completen ustedes la lista. Los robots- los domésticos, por ejemplo- se rompen sin dar explicaciones. En casa, en menos de dos meses se rompieron varios de estos autómatas, sin decir «esta boca es mía.» Laptop, microondas, celular, cargador de laptop. Todos decidieron que hasta ahí llegaban. ¿Nos avisaron?¿Se estresaron por «el qué diríamos»? ¿Qué creen?
Tengo 40 de fiebre. Pero, si no voy al trabajo… este proyecto.. qué va a decir mi jefe…fulanita se tendrá que encargar… no tiene ni idea…soy el único que lo sabe…es la segunda vez que estoy enfermo este mes.. qué va a pensar mi jefe… Allá voy.
Por el miedo a quedar mal, al qué dirán, al qué dirá (mi jefe), al qué pensarán, al qué pensará (mi jefe). Por no aceptar que no somos súperman, batichica, popeye, así vamos a veces por la vida, tirando de la cuerda más de lo que se puede.
No, no somos robots y tenemos que dar explicaciones. Eso no es fácil. A veces, por no darlas, por no aceptar nuestra limitación, vamos por la vida como zombies. No somos robots pero, al igual que ellos, podemos rompernos.
¿No les parece?
me gustó este post porque es muy cierto. a veces ponemos todas las demás cosas como prioridades y nos olvidamos de que si no nos anteponemos nosotros a todo, no podemos rendir para más nada.
Tal cual, ¿no? ¡Muchas gracias por comentar! 😉
De acuerdo, y me parece que lo peor es no admitirnos vuñnerables!!!!
Que te mejoress, Vero
Sí, es un tema de no aceptar que somos limitados, me parece. Y no estoy enferma jajja. El que está enfermo es el protagonista del post 😉
Vero!! Me encantó y que pronto estés en servicio. Aunque este blog SIRVE un montón!!! Tus seguidores lo demostramos. Un gran abrazo!!!
Me alegro, Ceci. No estaba «fuera de servicio», jaja. Sólo me inspiró el cartel